Seguidores

domingo, 17 de junio de 2012

Octavo capítulo

Llegué a casa, y sin ni siquiera pararme a desvestirme o a comer, me conecté al messenger. Ahí estaba él, esperándome, como cada día. Hablar con él era como parar el tiempo, o hacerlo volar, dependiendo del momento. No se me ocurría forma mejor para afronta la vida que con él a mi lado, algo se esetaba gestando entre nosotros, algo muy bonito, pocas eran las personas con las que yo había adquirido tal afinidad, con tan sólo hablar por messenger, me sabía desde el nombre de su perro hasta la hora en que nació. Y era tan guapo... De verdad, que estaba viviendo en un sueño desde aquel 16 de noviembre. Mi mente sólo podía girar en torno a él y al pensamiento de...si con tan sólo hablar ya me tiene loca, qué pasará el día que nuestras miradas se encuentren? El arcoiris ante mis pies...sólo se podría comparar a eso, sí...
La pantallita naranja brilló en mis pupilas...
-Hola, guapa! Qué tal el día?
-Hola! Pues un poco cansada, pero bueno, el hecho de hablar contigo me da fuerzas :D
-Tengo muchas, muchas ganas de verte, ¿sabes? No te imaginas la cantidad de veces que pienso en tí a lol argo del día...
-Eso tiene fácil solución...los pensamientos pueden materializarse.
-Pues me acabas de dar una idea...Mañana tengo mucha tarde para materializarte...te gustaría?
-¿Lo dudabas?
-Pregunto...
-La duda ofende...es más, podría decirte con seguridad que en estos momentos es lo que más ansío del mundo...
-Pues ya está todo dicho, la hora la pones tú, guapa ;)
-A las 7 y media en el parque de Los Cuatro Vientos?
-Ok ;)
-Pues mañana nos vemos entonces, me tengo que ir...he quedado con mis apuntes de filosofía...
-Jo, qué pena, bueno, mañana más y mejor... :D
-No puedo esperar...
-Te voy a echar de menos.
-Y yo...Hasta mañana!
-Adiós, guapa, un beso.

Ups...todavía estaba sin comer...ya se había vuel to a romper la cadena que ataba el reloj a las horas...

domingo, 10 de junio de 2012

Séptimo capítulo

Y tanto que me sonaba...Era el tío aquél que sin saber desde cuándo ni cómo, era mi sombra. No sé de qué me conocía, creo que simplemente de vista, de cruzarnos por la calle, o de alguna fiesta en común, o de haberme visto en alguna red social, pero era evidente que en algún momento de su vida se fijó en mí, y no era la primera vez que me miraba de esa manera... yo, obviamente, no... Ni siquiera sabía cómo se llamaba. No había reparado en él hasta que se levantó del suelo y me miró fijamente a los ojos. Entonces me percaté de que me estaba empezando a sudar la nuca, cosa que sólo me ocurre cuando se suceden ante mí situaciones bochornosas...
-Creo que se te ha caído esto, guapa...
-Esto...sí, gracias...Bueno, me tengo que ir a...emm...a sacar al perro, que todavía no...En fin.
No me preguntéis por qué, pero me puse nerviosa...Será que me sentí intimidada, o que era muy evidente que buscaba mis ojos y para mí era un compromiso tal saber que me conociera y yo tener que hacer como si nada...Porque yo no soy de las que saludan a cualquiera sólo por conocerlo de vista o por saber que babea por mí.
Hizo un gesto contradictorio, como de querer quitarse de enmedio pero a la vez seguir hacia adelante...y dijo:
-Hasta luego nena...
-Adiós,-dije sin mirar ni atrás.
Me tuve que sentar en un banco porque me había quedado en estado de shock...Qué momentazo...Entró a comprar, tardó unos veinte minutos en salir. Miró hacia donde yo estaba sentada, giré la cara en un triunfal gesto de despiste, arrancó la moto y se fue. Y yo me acordé de que tenía que comprar... En ese momento me vibró el móvil, un mensajito. "Tengo ganas de verte ya...Conéctate cuando yegues a casa. Muak!".
No se me ocurría mejor forma de motivación para afrontar el día.